3. PAG 5. Apretando los dientes mientras usas tu ilusión.




En este momento quedaría de maravilla que contase que conservo todas aquellas revistas. Pero tengo que decir que no creo que lo haga. Hay algunos oscuros lugares en mi casa en los que no sé lo que hay. Y justo ahora que escribo esta marcianada de mi historia sobre el rock en los 90 siento impulsos de escarbar en toda esa deliciosa basura. Pero hay varias cosas que no sé si estoy dispuesto a revivir. La primera es que prefiero vivir medio anestesiado sin saber realmente lo que conservo o no. Porque básicamente ahora mismo ni siquiera recuerdo si tengo guardada mi cinta de Use Your Illusion II o no. Sospecho que no y me apena mucho pero sería aún más triste comprobar que no. Tampoco sé si conservo aquellos especiales sobre festivales que salieron en Heavy Rock. Y nuevamente casi que prefiero mantener la duda antes que tener la seguridad. Aunque quizá haya una cosa que pese más todavía. Cuando coja esas revistas y esos especiales… estarán como un queso de Gruyere. Con decenas de imágenes recortadas. Bien portadas o bien fotos promocionales molonas que fueron a parar a mi clasificador del instituto. Creo recordar que hay grandes artículos sacrificados por fotos de Slash, Kiss o Kyuss. Y mi vergüenza, que como sabéis estaba ampliamente desarrollada en los 90 y probablemente no haya dejado de estarlo nunca, no sé si soportará tal torpeza.

Está claro que para todo hay rankings. No me importa demasiado ver Metal Hammer o RIP mutiladas porque sus ediciones en castellano siempre fueron una mierda. De hecho fue una crítica que leí en Metal Hammer lo que me empujó a pedir espacio en una publicación por primera vez. Escribí la mía sin leer nada antes, la comparé con la de la primera revista que pillé que resultó ser Metal Hammer y me dije a mí mismo que no sabía si yo era brillante o si quien escribía la crítica un incapaz pero mi texto era muy superior al suyo. Kerrang era algo mejor aunque tampoco para tirar cohetes. Aquí podría mentir y decir que Popular 1 era la hostia pero, bueno, en primero o segundo casi ni la toqué. No entendía muy bien de qué iba. Su maquetación y su tratamiento del color me parecían torpes, básicamente porque lo eran y lo siguen siendo a día de hoy, y de momento no estaba preparado para lanzarme a aquellas cataratas de letras de molde. No había dejado de leer literatura para meterme en otro pantano de letras. Fue unos años más tarde y de una forma escalonada cuando empecé a comprar regularmente Popular 1. Sospecho que llegó a mi vida en el momento justo. Mi primer Popular 1 fue uno con Stone Temple Pilots en portada en el momento en el que publicaban Purple. Curiosamente yo había escrito la crítica de aquel disco.

El Tubo y Bat, Bi, Hiru eran las otras dos fuentes de las que leía. El Tubo rulaba por el instituto porque un profesor de inglés, Pedro Elías Igartua, era redactor de la revista y como en parte era como una escuela de periodismo, pretendía reclutar futuros periodistas musicales en nuestros pasillos. Supongo que eran números prestados porque yo no sé si llegué a comprar uno alguna vez. Pasé de leerlo en la clandestinidad a escribir en sus páginas. Era una buena revista entendiendo el concepto y a nosotros, en nuestro instituto y en nuestro mundo dual de las dos escenas, la mundial y la local, nos servía de referencia para ver qué se cocía en nuestro alrededor.

5


Comentarios